*La irrupción de un grupo armado en el fuerte Paramacay de Carabobo tenía un propósito inmediato, que era el apertrechamiento con material de guerra. La pregunta es para qué lo usarán los protagonistas de la operación David. Mientras tanto, en la FAN se inició una temporada de caza
@javiermayorca
Lo ocurrido en el fuerte Paramacay del Ejército durante la madrugada del domingo generó mucha confusión y especulaciones en todo el país. Por momentos, hubo la sensación de que la situación estaba fuera de control, y que se avecinaba una nueva asonada militar.
Nada de eso ocurrió. A pesar de la mediocridad de los mandos castrenses, que llegaron al sitio del suceso unas siete horas después de la irrupción para enviar un mensaje en video, lo cierto es que no hubo golpe ni sublevación. La razón es muy simple: más allá de la propaganda de uno y otro bandos, la naturaleza de la acción llevada a cabo ese día en la gran unidad militar de Carabobo no tenía como primera pretensión el cambio del régimen, sino el apertrechamiento con armas de guerra.
En dos platos, hablamos de un asalto.
Esto indica que el grupo encabezado por al capitán retirado de la Guardia Nacional Juan Carlos Caguaripano Scott comenzó la llamada Operación David buscando los fusiles, las granadas y las municiones que le hacían falta.
Ahora, la Contrainteligencia Militar y el Sebin intentan deducir por dónde irán los próximos tiros. A través del Ceofanb, ordenaron a todas las unidades militares el reforzamiento de la vigilancia perimetral en los cuarteles, e igualmente la activación de escuadras ligeras de reacción inmediata, conformadas por una decena de efectivos de tropa, atentos día y noche para sofocar el descontento en sus propias filas.
Al mediodía del domingo, cuando todavía no se sabía a ciencia cierta dónde podrían estar los doce hombres que escaparon con buena parte del polvorín de la brigada blindada, se ordenó que los comandantes de zonas operativas de defensa integral pasaran revista a las unidades acantonadas en sus territorios. En Vargas, por ejemplo, el general de división Solís Martínez hizo una revisión presencial a las tropas y sostuvo que todos los profesionales de armas deben estar comprometidos con la “revolución bolivariana”.
Suárez Chourio y su video
El lunes continuó la persecución a lo interno de la FAN. Se reportaron detenciones preventivas en la Armada y el Ejército. En este último componente un coronel que laboraba en Apure, Bendahan Coutinho, fue puesto a resguardo cuando encontraron un mensaje en uno de sus celulares que fue considerado como “contrarrevolucionario”. El oficial, graduado en la promoción 1987 (compañero de Diosdado Cabello), ejercía labores de relaciones públicas. Fue la misma táctica aplicada días atrás para buscar argumentos que justificaran la detención del general de división Rolando Esser del Lima. De la misma forma implicaron en instigación a la rebelión a un coronel del Ejército en Trujillo.
El martes a las 5 am una comisión de la Dgcim trasladó sin previo aviso al general en jefe del Ejército Raúl Baduel desde su lugar de reclusión en Ramo Verde a la sede del cuerpo de inteligencia en Boleíta. Previamente se había reforzado con blindados y más tropas la vigilancia a la cárcel. Pero eso como que no bastó. El propio abogado de Baduel, Omar Mora, cree que se trató de una reacción de temor ante la posibilidad de un rescate con las armas robadas del cuartel de Valencia.
La espectacular incursión en la principal unidad blindada del Ejército ha desatado reacciones en todos los frentes. En la FAN se inició la temporada de caza.
PS: luego de entregada la versión de esta columna que publicaron Runrunes y Tal Cual el jueves 10 de agosto fueron detenidos el capitán Caguaripano y el teniente Yefferson García Dos Ramos. Fue un hecho si se quiere fortuito. Pero independientemente de eso hay dos aspectos que llaman la atención. Por una parte, la desesperación del ministro de la Defensa Vladimir Padrino en atribuir la captura a unidades de la Fuerza Armada, cuando fue el producto de un procedimiento de policía preventiva en La California. Además, se filtraron informaciones a ciertos influenciadores de opinión para dar la impresión de que con Caguaripano y García habían caído más integrantes del grupo que llevó a cabo la operación David, y que además fue incautado un importante lote de armas, cuando en realidad solo han localizado algunos fusiles y granadas enterrados en la proximidad de la 41 brigada blindada, envueltos en una lona.
Esta desesperación de los mandos militares, unida a la ausencia de controles legales, podría sentar las bases para que los oficiales sean torturados en Contrainteligencia Militar, tal y como lo han sugerido la mamá y la esposa de Caguaripano en declaraciones públicas. A estas alturas, nadie cree en las seguridades que permanentemente declara el ministro Padrino sobre la sujeción de sus procedimientos a la normativa de Derechos Humanos.
Breves
*En julio la encuestadora Gallup presentó su Indice Mundial de Ley y Orden (Global Law and Order Index). Para este trabajo fueron entrevistadas 136.000 personas en 135 países. Les hicieron cuatro preguntas para medir la confianza en los cuerpos policiales locales, la percepción de seguridad y la victimización por robo y hurto durante el último año. “Los resultados alrededor del mundo fueron desde el tope de 97 para Singapur hasta el bajo de 42 en Venezuela. En 2016, mientras Venezuela descendía en el desorden, solo 12% de sus residentes dijeron sentirse seguros caminando de noche solos en los lugares donde viven, y 14% expresó confianza en sus policías. Ambos porcentajes no solo son los más bajos registrados para Venezuela sino también los más bajos que Gallup ha medido en todo el mundo desde 2005. Al mismo tiempo, 38% de los venezolanos dijo que les habían robado dinero o alguna propiedad durante el último año –un récord.” Esto equivale a más de diez millones de personas víctimas de asalto o hurto en doce meses. De acuerdo con el informe, solo se han visto cinco países en los que la gente reconozca haber sido robada con mayor frecuencia que en Venezuela. Todos quedan en el Africa Subsahariana.
*Lo que espera con el fiscal designado por la ANC Tarek William Saab. Para el momento de la redacción de esta nota, habían transcurrido más de 24 horas desde la muerte de un joven manifestante en Barquisimeto. Se trata de Eduardo Orozco de 19 años de edad. En las primeras de cambio, la Guardia Nacional divulgó una minuta para señalar que había fallecido en el curso de un “enfrentamiento” con efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros de ese componente (Conas) en el sector Bellas Artes de Barquisimeto. El domingo, fue ultimado en Valencia Ramón Rivas, dirigente de Avanzada Progresista. En ninguno de estos casos hubo pronunciamiento público de la Fiscalía en cuanto al inicio de las pesquisas y las circunstancias en las que se produjeron estos hechos. En cambio, el despacho de William Saab sí se pronunció con diligencia sobre el escrache del que fue objeto la rectora del Consejo Nacional Electoral Socorro Hernández, mientras hacía compras en una carnicería. El mensaje es claro: esta Fiscalía estará muy atenta para proteger al poder y no a los ciudadanos que expresan su descontento en la calle.
*El ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz maneja una interesante estadística que permite conocer cómo se ha comportado la criminalidad durante la primera mitad del año. En ese lapso fueron denunciados 14.409 robos genéricos. No se incluye el robo de vehículos, sobre el cual se hace una consideración aparte. En el MRI están satisfechos puesto que la cifra representa una disminución de 7% con respecto al mismo lapso de 2016. Esto puede tener múltiples interpretaciones. Todas pasan por incorporar en el análisis el impacto que ha tenido la conflictividad política, que definitivamente ha desacelerado la actividad económica, y por ende ha restado oportunidades para el robo de bienes. Cuando se revisa de manera un poco más detallada, encontramos que durante la primera mitad del año han sido denunciados los robos de 7.187 teléfonos celulares. El número es desde luego un pálido reflejo de la realidad, puesto que casi nadie acude a Cicpc para notificar que lo han despojado de estos aparatos. Aún así, los antisociales han incrementado en 23,4% los robos en este rubro. Una posible explicación es la rebatiña que se produce durante las manifestaciones, en las que policías y delincuentes unen fuerzas para victimizar a las personas que se oponen al Gobierno. También que los delincuentes aprovechan cualquier oportunidad que se les presenta para despojar a los transeúntes de estos codiciados dispositivos, mientras circulan por las vías públicas.
Policía o soldado
*Lo del cambio del uniforme de la Policía Nacional Bolivariana, además de representar un gran negocio, es indicador de un giro en el carácter del trabajo que desempeña la institución. Se debe recordar que el atuendo anterior, de pantalón azul y camisa caqui, fue decidido en función de la imagen que debía transmitir un cuerpo de seguridad preventiva, caracterizado por la proximidad de sus agentes con las comunidades. Había además una intención de diferenciarlo de los demás cuerpos policiales, puesto que los municipales llevarían la camisa verde, y los estatales una azul. Pero todo esto dentro de un concepto más orgánico. El nuevo uniforme, de camuflaje gris y negro, fue decidido según el siguiente criterio: “Estudios internacionales demuestran que el camuflaje tradicional puede ser detectado por el ojo humano en un segundo, mientras que el camuflaje pixelado (usado por la PNB) puede ser detectado en dos segundo y medio, y esto puede marcar la diferencia entre vivir o morir”. Este es el análisis hecho en la propia policía. Estamos entonces ante un cuerpo que pasó de concebir su trabajo en términos de prevención del delito y de los conflictos a otro que se ve a sí mismo como instrumento de combate. Esto es de por sí peligroso, pero mucho más en el ambiente altamente politizado que caracteriza a la PNB desde su nacimiento.
*Llegan documentos sobre el impacto que ha tenido la acción de grupos delictivos sobre las operaciones de los campos petroleros en Trujillo. Los delitos más frecuentes en los municipios Andrés Bello, Sucre y La Ceiba del referido estado son la extorsión, el robo de vehículos y los robos y hurtos de “materiales estratégicos” utilizados por Petróleos de Venezuela en sus operaciones. Las acciones de los cuerpos policiales y de la Guardia Nacional son espasmódicas, y por ende tienen escaso efecto. Ahora, indica un informe, el hampa se ha adueñado de los espacios aledaños a los campos, y “el personal siente temor de realizar denuncias formales ante los organismos de seguridad del Estado sobre las amenazas recibidas de parte de personas armadas”. Uno de los incidentes reportados ocurrió el 22 de mayo en El Tigre, un poblado del municipio Andrés Bello, donde 40 sujetos provistos de armas largas detuvieron un transporte de personal que iba a la planta Motatán II, inspeccionaron el vehículo y luego le permitieron el paso. Esto indica que, además de las bandas criminales, es probable que en Trujillo operen elementos de grupos irregulares.
*El 1 de agosto una avioneta Piper Séneca se estrelló cuando intentaba despegar de la pista de Rubelsanto en Guatemala. Dos hombres resultaron lesionados. El accidente fue grabado por completo por personas que vigilaban el movimiento de la aeronave. Las autoridades aeronáuticas guatemaltecas indicaron que el plan de vuelo daba como destino Ciudad de Guatemala. Pero los investigadores del caso creen que iba a Venezuela, toda vez que le habían colocado una calcomanía con las siglas falsas YV-1539. El aparato se estrelló por sobrepeso. Nunca pudo ganar más de diez metros de altura, debido a la cantidad de combustible que había cargado en tanques adicionales. Una vez apaciguada la conflictividad política, resurgen los datos sobre la reactivación de los vuelos ilícitos en Apure y el sur del lago de Maracaibo.