Territorios de las bacrim

Crímenes sin castigo | 19 de abril de 2012

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Twitter:@javiermayorca

Desde que comenzó 2012, los estados fronterizos con Colombia se han convertido en terreno de batalla para las denominadas «bandas criminales» o Bacrim, formadas tras la disolución de los grupos paramilitares y del cartel de Norte del Valle, en el que muchos de sus militantes habían recalado.
En un estudio presentado en 2010 tuvimos la oportunidad de concluir que las Aguilas Negras (derivación de las AUC) operan en el sur del Zulia, norte de Apure, Barinas y especialmente en Táchira. Esta última región es una suerte de «territorio abierto» para grupos irregulares de todo signo. Así lo han constatado con toda dureza los habitantes de la región, que ahora padecen la irrupción de dos temibles organizaciones: Los Rastrojos y Los Urabeños.

Las Bacrim: otro factor de violencia

La última víctima de que se tenga noticia desde el punto de vista policial fue Edinson Javier Parra, de 21 años de edad. Al joven lo mataron el 28 de marzo, en el barrio Primero de Mayo de La Fría, a plena luz del día. CICPC contó diez heridas por proyectil. Parra era un contrabandista de gasolina que se negó a pagar la cuota de extorsión a Los Urabeños, y por eso lo asesinaron. Un dato significativo fue que el ataque se produjo justo cuando el hombre instalaba en su automóvil la bombona que utilizaba como recipiente del combustible que luego vendía al otro lado de la frontera.
El 21 de marzo, la subdelegación La Fría de CICPC inició las averiguaciones sobre el asesinato de Cándido Moisés Ortega Osma, de 35 años de edad. Dos sujetos irrumpieron a las 5 am en su casa, ubicada en el sector conocido como Invasión 15 de Enero de Coloncito, y lo acribillaron en su propia cama. Los datos preliminares indican que Ortega también fue ultimado por Los Urabeños, debido a que supuestamente era un «colaborador» de Los Rastrojos (otra bacrim), quienes de acuerdo con la propia policía de investigación «se quieren apoderar de la zona» para llevar a cabo sus extorsiones a los comerciantes.
Pero el hecho más impactante ocurrió a principios de marzo, cuando cuatro personas fueron acribilladas en la misma población donde luego mataron a Ortega. En este caso, una de las víctimas fue una mujer de 23 años de edad, Beatriz Villegas, mientras que los demás eran supuestos miembros arrepentidos de Los Rastrojos. Esta traición no fue perdonada, y los persiguieron por las calles hasta matarlos, poco antes del mediodía. Hasta ahora, el Ejecutivo se ha mantenido indiferente ante esta situación, en una aparente política de «dejar hacer, dejar pasar» para luego echarle la culpa de la inseguridad al mandatario regional César Pérez Vivas.
Pero esta situación fácilmente puede tener desenlaces inesperados, tal y como ha sucedido en Caracas con la pérdida de control sobre el colectivo La Piedrita. Sobre este tema volveremos en próximas entregas.

Breves

*No pudimos incluir en la edición pasada el dato sobre una reunión de tres días en la sede de un organismo multilateral en Caracas. Los participantes fueron agregados policiales del viejo continente en Venezuela, así como empleados de la institución anfitriona. Los facilitadores de las sesiones fueron dos agentes, respectivamente de las policías de Francia e Italia. Los teléfonos debían estar apagados y no se podía salir, salvo en los recesos preestablecidos. Los temas a tratar fueron sólo dos: el auge del secuestro express en el país así como las pautas de comportamiento ante un eventual desbordamiento de la violencia en las proximidades, durante o después de las elecciones del 7 de octubre.

*En medios policiales ha llamado mucho la atención el procedimiento que finalizó con la muerte de la hija del cónsul chileno en Maracaibo, Karen Berendique. El exjefe de drogas de CICPC, Róbinson Castillo, quien para el momento comandaba la región zuliana de la policía de investigación, quiso justificar el terrible desenlace señalando que se trató de un error en el marco de una operación sorpresa contra el robo de vehículos. No obstante, la disposición de los 12 agentes en una calle oscura de barrio Teotiste de Gallegos indica la posibilidad de que intentaran un secuestro. Entre los implicados está el inspector Jesús Puerta, procesado en 2006 por tráfico de drogas. Luego de ser absuelto en un juicio controversial, Marcos Chávez lo reincorporó en 2007 a CICPC. Ahí están los resultados.

*Las Fuerzas Bolivarianas de Liberación llegaron a Caracas. Luego de la publicación en Ultimas Noticias de dos trabajos sobre la actividad de los llamados «boliches» en la frontera con Colombia, enviaron una comisión a ese rotativo para hacer los desmentidos de rigor. En el camino, se detuvieron frente al Ministerio de Relaciones Interiores y dejaron numerosos panfletos. «Ni gato ni Dios. El nuestro es Chávez»; «No maquilles el capital, destrúyelo»; «Contra la corrupción, entraremos en acción», decían algunos. Este grupo se dio a conocer en 1993 con el atentado contra el entonces líder de la CTV, Antonio Ríos, y el posterior secuestro del niño Sigala en La Victoria.

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