Conflicto por la coca
Las FARC, el ELN y el EPL pugnan por el control de vastas zonas en Norte de Santander, donde raspachines venezolanos cultivan el arbusto
Conflictos, Drogas
Una disputa por el control del territorio entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL) está a punto de ocasionar un nuevo brote de violencia armada en el municipio Convención, ubicado apenas a 78 kilómetros de la frontera con Venezuela. Un comunicado emitido el 13 de enero por el frente 33 de las FARC reconoce que uno de sus integrantes murió durante un enfrentamiento a tiros con elementos del EPL, a quienes calificaron de “extorsionistas”. En el documento, este frente de la disidencia del grupo armado, liderado por alias Darwin, declaró “objetivo militar” a los integrantes del EPL. Cuatro días después, este grupo admitió la referida muerte durante un cruce de fuego, pero indicó que todo fue producto de “hechos fortuitos”, acaecidos durante la recaudación del denominado “impuesto de guerra”, mediante el cual se logra el “sostenimiento del proceso revolucionario”. En ese punto, la respuesta del EPL advirtió que también mantienen un conflicto con el ELN, “que en nada beneficia al proyecto insurgente”. ¿Por qué estas tres guerrillas pugnan en ese sector, fronterizo con Venezuela? De acuerdo con el sistema de monitoreo de cultivos ilícitos, en Norte de Santander está casi el 10% de toda la coca sembrada en Colombia. Hay tanta que los carteles han venido contratando a “raspachines” venezolanos para participar en las tres cosechas anuales. El control sobre esos espacios reporta a los grupos armados importantes ganancias por concepto de “gramaje”, que es un impuesto a las siembras de coca. A cambio, ellos ofrecen la seguridad que el Estado colombiano no puede proveer en esas localidades remotas.