Los estados como fuentes de injusticia, en un ensayo de enorme vigencia
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La obra de Hans Magnus Enzensberger, Política y delito (Madrid, 2022), salió por primera vez para el público de habla hispana en 2002. A pesar del tono filosófico que la impregna de principio a fin, no se puede conseguir fácilmente en Venezuela. Sin embargo, esta semana la tienda Kindle de Amazon anunció el lanzamiento de una versión electrónica de esta obra, reputada como una de las más relevantes del ensayista alemán. Enzensberger analiza las aristas de un problema fundamental de la era moderna, como es la capacidad que se abrogan los estados para someter a sus súbditos y, en menor medida, a otros estados, a las mayores arbitrariedades, a esas acciones que nunca permitiría a quienes residen en su propio territorio. Lo primero, desde luego, es el asesinato, ahora edulcorado con diversos pretextos, pero asesinato al fin. Y desde allí podemos seguir en una lista que se engrosa con el pasar de los años. “El Estado beligerante se permite todas las injusticias, todos los atropellos que deshonrarían al individuo”, escribe. Esta obra está profundamente influenciada por la catástrofe que significó las dos guerras mundiales para los europeos. Pero las ideas de Política y delito no han perdido vigencia. Ciertamente, el autor reconoce un importante esfuerzo de la comunidad internacional para impedir con posterioridad las injusticias verificadas en esas conflagraciones. Pero coloca el acento en la estructuración de un orden de post guerra injusto por esencia, pues confiere prevalencia a los “derechos” de los más poderosos, y parte de un reconocimiento de la soberanía de los estados para ejercer la violencia puertas adentro. La discusión planteada en Política y delito va más allá de esta contradicción, diríamos esencial. Pero no puede ser omitida en estos momentos, cuando Europa del Este es de nuevo escenario de un conflicto que tiende a extenderse en lo geográfico y, por ende, en cuanto a su duración. En términos abstractos, el mundo presencia en estos momentos una clásica guerra de anexión, con el pretexto invocado por Rusia de ejercer su derecho a la seguridad frente a la amenaza percibida por su régimen con respecto a la OTAN. Nada nuevo bajo el sol. La obra de Enzensberger, por lo tanto, nos permite desmontar las viejas y nuevas narrativas para justificar lo injustificable.