Nueva muerte en albergue Negra Hipólita

El suceso del día

Rosibel Cristina González

Un albañil de 54 años de edad murió en hospital Vargas de Caracas tras recibir una golpiza en el centro para adictos Negra Hipólita del Terminal de Oriente.
La noche del 1º de marzo, Oscar Javier Yépez Gil salió de su residencia situada en la calle Rómulo Betancourt con destino a la avenida Intercomunal de Antímano para realizar unas compras, luego decidió quedarse en las adyacencias del lugar y tomarse unos tragos.
Pero Yépez Gil fue sorprendido por una comisión de la Policía Nacional Bolivariana y lo detuvieron sin ningún cargo, junto a otros tres sujetos en situación de calle. A todos los recluyeron en el referido albergue.
Al no retornar al hogar, sus hijas emprendieron la búsqueda hasta llegar a la sede policial, donde les informaron de dicho procedimiento. En el centro de rehabilitación, la familia exigió su salida ya que Yépez Gil no era indigente, tampoco adicto a las drogas. Pero un custodio les negó la petición y les indicó que debía quedarse una semana en dicho recinto.
Transcurrieron cinco días y desde Negra Hipólita se comunicaron con los parientes para solicitarles que lo llevaran a un centro asistencial debido a su condición de salud.
“Acudimos sin demora. Papá estaba irreconocible, desorientado, temblaba de miedo. Lo llevamos al hospital Vargas, allí murió. Tenía hematomas en varias partes del cuerpo, golpes en la cabeza y no había ingerido alimento alguno”, dijo Danny Yépez, hija de la víctima.
La autopsia diagnosticó “edema cerebral severo debido a hemorragia interna y traumatismo torácico cerrado”.
“Le dieron una paliza”, agregó la mujer.
Con Yépez Gil, suman tres casos similares en Negra Hipólita en lo que va de año. El 2 de febrero, Elvis David Campo fue sacado del recinto en silla de ruedas. Antes de morir, le dijo a su madre que un custodio lo había golpeado con un tubo por pedir comida.
El 19 de enero, otro hombre fue asesinado en el mismo sitio de tratamiento por otro sujeto en medio de una riña. El homicida lo mató con sus muletas.