Bandas de La Vega agudizaron las extorsiones
-“Si no colaboras con la delincuencia, eres parte de su lista de enemigos”, afirmó un comerciante de la zona
El suceso del día
Especial Crímenes sin Castigo.-
Desde que el conflicto armado en La Vega se tornó más encarnizado, las bandas que intentan imponer su hegemonía han elevado las cuotas exigidas a conductores de transporte público y pequeños comerciantes.
Las víctimas explicaron que la “vacuna” impuesta a cada uno varía, de acuerdo con la ocupación. Pero en todos los casos se ha incrementado. En enero, comenzó siendo de diez dólares semanales en promedio, y en la actualidad algunos indicaron que ascendió a cincuenta dólares.
“En la cárcel se llama pagar la causa, aquí es la vacuna. No hay diferencia alguna, porque es una orden de los malandros”, sostuvo un vendedor de hortalizas.
Los comerciantes informales y encargados de negocios expresaron preocupación pues han sido involucrados en un conflicto armado.
“Si no colaboras con la delincuencia, eres parte de su lista de enemigos, junto con los policías”, dijo uno de ellos.
No solo los funcionarios policiales están a la mira de los gariteros de La Vega. “Cada punto -desde la entrada de La Redoma La India- hasta el ingreso a cada una de las calles, es vigilado por gariteros . Muchachos desde los 15 años de edad, que son captados por las bandas. Es el inicio a la vida delictiva”, sostuvo Carlos, conductor de jeep que cubre la ruta desde la entrada de La Vega hasta Las Casitas.
Desde el 8 de enero, en la zona imperan el temor y la zozobra.
“No puedes hablar con ningún policía, si los tienes como vecinos, no puedes tener ningún tipo de relación con ellos, brindarles apoyo, o cualquier otra cosa. Si lo haces, el mensaje llega en cadena hasta los. De arriba. La arremetida contra tu familia significa la muerte”, acotó el profesional del volante.
La violencia ha impulsado a familias de clase media a poner en venta sus inmuebles en lugares cercanos como Montalbán o El Paraíso.
“Pero con cada tiroteo que ocurre, la zona va perdiendo valor”, dijo Gloria Betancourt, encargada de un kiosco en Montalbán.