Conflictos, crimen y política en las tablas

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El sábado 8 de abril comenzaron las funciones en Caracas de Los Miserables, el musical inspirado en el clásico de Víctor Hugo, que tantos espectadores ha tenido en París, Broadway, Londres y otras locaciones. Para esta temporada, escogieron nada más y nada menos que el teatro Teresa Carreño. Un reto interesante si se toma en cuenta que el precio mínimo de las entradas es cuarenta dólares. En este aspecto, la primera función no decepcionó, pues la asistencia llegó a casi 80% de la capacidad de esa instalación. Eso sí, cualquiera que sea la ubicación del espectador, están garantizadas plena visibilidad y un buen sonido, suficientemente nítido como para apreciar la excelente ejecución musical de esta obra, a cargo de la orquesta sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, bajo la dirección de Elisa Vegas. Los Miserables relata la épica de Jean Valjean (encarnado por Beto Babaut), un hombre que escapa de la prisión donde purgaba una condena por haber robado alimentos para su familia. Valjean pudo convertirse en un auténtico delincuente, pero en un momento clave contó con el auxilio y la comprensión de un párroco, que hizo relucir al “hombre-bueno” en este personaje. De allí en adelante, Valjean será perseguido por su antiguo carcelero, Javert (Gaspar Colón Moleiro), devenido en inspector de la policía. La puesta en escena preserva los contenidos de denuncia social y política de la novela original, que trasluce un profundo desprecio por la naciente clase burguesa, ligada a la monarquía gala. La gráfica que acompaña a esta reseña recoge uno de los momentos cumbres del musical, cuando los protagonistas participan en la llamada Rebelión Republicana de 1832. Los caraqueños cuentan este mes con una excelente oportunidad para disfrutar de uno de los musicales más afamados, con un elenco que llena las expectativas.