Descubren los secretos de la empresa criminal

-Dos autores estadounidenses ofrecen un vistazo a los principios comunes que aplican las empresas criminales exitosas, y que deberían ser tomados como ejemplo por los operadores de la economía legal

Crímenes sin castigo | 30 de mayo de 2021

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En la vuelta del siglo XXI, los traficantes de heroína negra, oriundos de Nayarit (México), implantaron un innovador sistema para la entrega de sus dosis en las calles del oeste estadounidense. Los dealers dejaron de ser individuos de mal aspecto, que pasaban el día plantados al fondo de un lúgubre callejón. Fueron reemplazados por jóvenes de clase media, que conducían autos poco llamativos. Muchos de ellos ni siquiera probaban los estupefacientes. Hacían el delivery en las casas de los consumidores o en los lugares públicos que les indicaran. Siempre en transacciones de montos muy bajos. Los clientes eran captados a menudo con muestras gratis. Y si manifestaban alguna insatisfacción por lo adquirido, a la vuelta les entregaban dosis de consolación o les devolvían el dinero. Todo un sistema pensado en la comodidad de los que pagaban, similar al de gigantes como Amazon. Otra regla de oro era que la violencia debía ser evitada a todo trance. Los tiros no son buenos para los negocios. Estos principios sencillos fundamentaron un explosivo crecimiento en el consumo de opiáceos, que se ha extendido por toda la geografía estadounidense. Jerold Zimmerman y Daniel Forrester exploran este y otros ejemplos sobre los métodos aplicados por la delincuencia organizada para desarrollar sus negocios, y sobreponerse a la persecución de los Estados. Relentless. The Forensics of Mobsters Business Practices (Colorado, 2021) incorpora detallados estudios sobre las prácticas gerenciales del cartel de Sinaloa, la Mafia Americana, los Hells Angels y los Crips & Bloods, los dos últimos señalados como importantes y añejas pandillas, dedicadas al tráfico de drogas y de armas. Los autores, más enfocados en la asesoría o coaching de empresas, ofrecen en estas páginas el resultado de quince años de indagatorias, que las llevaron a hablar con los abogados de los mafiosos, los fiscales acusadores y los policías, también a la revisión de numerosos expedientes sobre el crimen organizado. Entendieron que “muchos criminales exitosos eran simplemente buenos hombres de negocios”, que sabían cómo manejar sus operaciones de forma eficiente, al tiempo que mantenían el control sobre quienes los rodeaban. En esto, desde luego, el uso de métodos violentos es una alternativa, pero no la única y, de acuerdo con los autores, tampoco es la más frecuente. Esta obra establece que los mafiosos, así como los empresarios exitosos, se caracterizan por la aplicación de cuatro normas o principios fundamentales: asignación de tareas a quienes las puedan cumplir; medición de desempeño; aplicación de incentivos y penalidades, y finalmente, el desarrollo de una cultura corporativa, una identidad que sirva de factor cohesionante. Zimmerman y Forrester afirman que este libro está destinado básicamente a hombres de empresa. Me atrevo a decir que también debe ser estudiado por quienes intentan entender cómo es que estos grupos han logrado sobrevivir a siglos de persecución, y continúan prosperando.

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