El hampa vuelve al Metro
-Hasta veinte hechos delictivos al mes son conocidos por una asociación civil que monitorea la actividad en el subterráneo caraqueño
El suceso del día
Especial Crímenes sin Castigo.-
Con el progresivo retorno a la “normalidad”, surgen de nuevo los reportes sobre actividad delictiva en el Metro de Caracas.
Entre 15 a 20 hurtos mensuales se registran dentro de los vagones del Metro de Caracas, de acuerdo con reportes de Familia Metro. El promedio es de cinco casos todas las semanas.
“Sin embargo la cifra podría elevarse, ya que hay personas que no reportan los hechos a los operadores de cabinas”, sostuvo Alberto Vivas, coordinador adjunto de la referida organización civil.
“Las estaciones del Metro están a merced del hampa”, sentenció.
Las víctimas son abordadas en las escaleras mecánicas, también en los andenes y en los vagones de las estaciones, que en la actualidad carecen del debido resguardo.
En el Metro, además de un servicio de seguridad interno, la responsabilidad de vigilar las instalaciones y los usuarios recae sobre un servicio especial de la Policía Nacional y, en algunas estaciones, miembros de la Milicia Nacional.
Vivas se desempeñó como operador de trenes del subterráneo. Indicó que el despliegue de funcionarios de la PNB solo se vio en el año 2019, cuando fueron llamados 1200 uniformados para custodiar las estaciones de mayor afluencia y en las que se reportaban mayores índices de inseguridad.
“Pero eso solo fue un despliegue para la prensa. En la actualidad solo vemos dos funcionarios atendiendo asuntos más importantes en sus teléfonos celulares”, afirmó.
Según su cálculo, el sistema requiere de 20 funcionarios por estación.
En abril, dos hombres ingresaron a la estación Agua Salud – vía que conduce a la parroquia 23 de enero-. Sometieron con armas a varios usuarios que para el momento atravesaban los torniquetes, y los despojaron de sus celulares.
La estación Capitolio sería la más peligrosa, seguida de Plaza Venezuela.
“En Capitolio, son tres femeninas las que ingresan a los vagones. Llevan inciensos y caramelos. Dos de ellas son adolescentes. Ellas son las ‘pichadoras’. Salen de un vagón y entran a otro, donde avisan a otros hombres sobre esas posibles víctimas y el tipo de celular que sacó de forma confiada. Atendiendo a las características ofrecidas, estos hombres van directo a la persona, a quien rodean y amenazan con un cuchillo”, explicó.
Vivas señaló que también hay individuos dedicados a abrir con destreza los compartimientos de morrales, koalas o carteras, para sustraer billeteras y celulares.