El lado oscuro del Mundial

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El mundial de fútbol es, sin duda, el evento dedicado a un solo deporte que más atención concita en todo el planeta. Las sociedades prácticamente se paralizan durante el mes en que el balón rueda al ritmo impuesto por cada seleccionado nacional. A veces, cuesta entender cómo se lleva a cabo el proceso de selección de las naciones organizadoras. ¿Es que tienen tradición en este deporte? ¿Cuentan con recursos económicos e infraestructura suficientes para montar un espectáculo de esta magnitud? Desde la justa de Argentina, en 1978, sabemos que para la todopoderosa Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) el tema de los derechos humanos no es muy relevante. Pero un documental difundido por Netflix lleva las cosas un poco más allá. Se llama La FIFA al descubierto (FIFA uncovered). Cuenta cómo una organización que comenzó en los albores del siglo pasado en la trastienda de una sociedad deportiva de París, con apenas siete países miembros, fue creciendo y pervirtiéndose a golpes de marketing, hasta transformarse en un cuerpo multinacional que agrupa a 211 asociaciones nacionales del deporte. Tiene, por lo tanto, más integrantes que la Organización de Naciones Unidas. Este reportaje de tres capítulos aporta información clave para entender cómo es que un minúsculo estado de la península arábica, carente de instalaciones de envergadura, que nunca había participado en la máxima justa del deporte, con un clima nada favorable, de la noche a la mañana obtuvo la buena pro para ser el único anfitrión. La serie entrega testimonios reveladores, que sugieren un complot para, virtualmente, “comprar” la organización de la justa. Pero este no fue un hecho aislado, sino el resultado de más de medio siglo de decadencia. A pesar de los escándalos y juicios que pusieron tras las rejas a más de un dirigente de la FIFA, este documental nos deja el sabor de que todavía la poderosa organización, con sede en Ginebra, aún guarda muchos esqueletos en el closet.