El nuevo agosto de los uniformados

Crímenes sin castigo | 27 de junio de 2021

Cuello blanco

Ahora hay una nueva razón para hacer colas en el país. Las largas esperas no son solo para surtirse de gasolina o tramitar un documento de identificación. Desde finales de mayo, podría decirse que las más prolongadas tienen que ver con la vacuna contra el Covid-19. Tal y como sucede en los alrededores de las estaciones de servicio, en los centros para la inmunización los militares y policías están haciendo su agosto. Ya en este espacio habíamos advertido sobre la formación de un mercado negro en torno a las vacunas chinas (Sinopharm). Ahora, la nueva corruptela consiste en facilitar el acceso a ellas, en los propios centros de vacunación. Desde luego, quien tiene recursos podrá recibir su inyección más rápido. En el hotel Alba Caracas la tarifa se estandarizó en 35 dólares. Un militar ubicado en el perímetro ofrece que, una vez cancelada la suma, la persona pasará sin dilación al lugar donde suministran la vacuna. Ya tienen un procedimiento establecido para el tratamiento VIP. Algo similar sucede en el Ipsfa, a juzgar por los comentarios de las personas que han hecho colas allí desde hace días, en la espera de un cupo para inmunizarse.

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