El parque del Este en una privatización a dentelladas
-Varios espacios del principal espacio recreativo de la capital están pasando al control de manos privadas en procesos caracterizados por la discrecionalidad
Cuello blanco
El parque del Este atraviesa un silencioso proceso de privatización, muy parecido al que se puede apreciar en otros ámbitos del país. Esas entregas se producen en forma poco transparente, a dentelladas. La primera fue en los estacionamientos. Crearon una empresa con personal que anteriormente pertenecía a Inparques, y ahora esos mismos empleados hacen rondas con un uniforme distinto. Luego, tumbaron los kioscos que flanqueaban las caminerías, y construyeron unos nuevos. Según fuentes del sindicato de Inparques, los actuales operadores de esas concesiones tuvieron que cancelar cuotas en dólares, por la construcción de los nuevos tarantines y por el “permiso” para operarlos. Ahora, están finiquitando un espacio cerrado para jóvenes y niños, en el estacionamiento este. La constructora fue contratada en forma directa, sin licitación. En el área sur, conocida como Simón Bolívar, erigen una nueva concha acústica, y mientras tanto contratan conciertos y ferias. La última fue de búfalos. Desde luego, todo esto intercalado cono actividades políticas del oficialismo. Esta cesión de sectores no necesariamente producirá efectos nocivos. El parque del Este estaba en ruinas. La obra diseñada por el brasileño Roberto Burle Marx, en los setentas del siglo pasado llegó a tener parecidos con Disney World -con planetario y trencito incluidos-. Pero a fuerza de desidia se convirtió en un cementerio de animales, azotado por el hampa. Las acciones emprendidas a partir de 2022 dan la impresión de cierta recuperación. Pero, como sucede en el resto del país, desigual y en beneficio exclusivo de quienes se encuentran más próximos al régimen.