El último suspiro de alias Talibán

-El hombre arrojado al mar, atado a un ancla, surgió en los bajos fondos de la droga de Carúpano

Crímenes sin castigo | 11 de septiembre de 2023

Criminalidad, Drogas

El video en el que aparece un venezolano maniatado cuando lo arrojan aún con vida a aguas del Caribe ocasionó enorme impacto internacional. Las imágenes del grotesco momento se hicieron virales la última semana de agosto. El hombre que presumiblemente finalizó sus días en el lecho marino, atado a un ancla, fue identificado como Reinaldo Emirdo Fuentes Campos, de 68 años de edad, natural de Tunapuy, una población al sur de Rio Caribe (Sucre), en plena Troncal 9. En Venezuela, Fuentes aparecía como víctima de un hurto en Carúpano (2009), ejecutado por tres hombres que a la postre fueron sobreseídos. Luego, en 2019, un tribunal de Aragua sentenció su divorcio. En este último juicio, aparece con una cédula de identidad que no era la suya. Según el conductor de un programa radial dominicano, Ramón Tolentino, para ese momento Fuentes Campo ya no estaba en Venezuela. Se había radicado en Maimón, una población a 60 kilómetros al noroeste de Santo Domingo. Desde allí, aseguró el comunicador, el venezolano lideró un grupo de traficantes de drogas, ligado al cartel del Golfo, antes conocido como Clan Úsuga. Una fuente venezolana señaló que el sujeto ocasionalmente trabajaba con la organización zuliana de los Meleán. La información aportada por Tolentino sugiere que en Venezuela Fuentes nunca fue un operador de primer orden. Primero estuvo a la sombra de Aurelio Labrador, un sargento expulsado de la Guardia Nacional que sí llegó a dominar la plaza de Carúpano, en la primera década de este siglo. Alias Yeyo se hizo famoso por sus ferias alimentarias y entregas de electrodomésticos a la población de esa depauperada región, que repartía en camionetas último modelo. Pero al militar lo mataron en 2007 en una operación comando, con persecución incluida por las calles de la población sucrense, que terminó con un tiroteo en la habitación del hospital de la localidad, donde convalecía de las heridas que le infligieron apenas horas antes. Según Tolentino, Fuentes Campos -apodado Talibán por su frecuente junta con elementos del Lejano Oriente- también se relacionó con el colombiano Wilber Varela (Jabón), uno de los líderes del cartel del Norte del Valle, al que ultimaron en una posada de Mérida el 31 de enero de 2008. Es el mismo sujeto inmortalizado en la novela El cartel de los sapos. A partir de este episodio, la revista Semana de Colombia comenzó a poner atención en las andanzas del entonces zar de la inteligencia, Hugo Carvajal, pues aseguraban que él era encargado de proteger a estos individuos, junto a otros militares venezolanos que aún dan de qué hablar. Fuentes Campo, afirmó Tolentino, fue objeto de un asesinato con alta exposición mediática, presuntamente ordenado por los capos del Urabá colombiano, en represalia por haber simulado la pérdida de un cargamento de 200 kilos de cocaína, en complicidad con policías de Tórtola, un territorio de las Islas Vírgenes Británicas. Hasta el momento, su cadáver no ha sido recuperado.

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