Los cleptócratas de la «putinomics»

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Desde la emisión de nuestra última entrega, Estados Unidos y los países aliados han emprendido una cacería internacional a los fondos del régimen de Vladimir Putin. Una parte de esa cruzada abarca a lo que han llamado en términos genéricos “los oligarcas rusos”, muchos de ellos ligados al crimen organizado. Estamos, entonces, ante una situación que guarda cierto parecido con la realidad venezolana. Para profundizar más en este aspecto, conviene la lectura de la obra más reciente del economista sueco Anders Aslund Russia’s Crony Capitalism. The Path from Market Economy to Kleptocracy (Nueva York, 2019). Una parte de esta investigación se basa en las experiencias del autor, como asesor económico del propio Putin, cuando ganó la presidencia rusa por primera vez, en lo que Aslund llama “la última elección competitiva”. El argumento central de este trabajo es que Putin, junto a una constelación de empresarios y amigos, usurpó las rentas petroleras de su país para ponerlas al servicio de este grupo. Eso explica por qué ha colocado a los miembros de su círculo más próximo al frente de las empresas estatales. Es, para ellos, una relación de mutua ganancia. La “putinomics”, nos explica, es “una combinación de cleptocracia con estabilidad macroeconómica”. ¿Suena familiar? Venezuela aún no logra el control de las grandes distorsiones. Pero allí está el modelo de Moscú, como una referencia que probablemente sea muy tomada en cuenta por los operadores de Miraflores. En el sexto capítulo, Aslund arroja importantes pistas para entender por qué las sanciones implantadas a propósito de la invasión a Ucrania no solo van contra el gobernante ruso, sino contra los grandes manejadores de su capital. Allí el autor describe cómo Moscú ha colocado buena parte de su riqueza en paraísos fiscales, y cómo eso impone enormes dificultades a la hora de aplicar cualquier medida de control internacional. Este libro puede ser encontrado en formato electrónico.