Los Sukhoi 30 con fuego en las alas

-El siniestro del domingo 2 de julio confirmaría los datos consignados en un expediente en EEUU

Crímenes sin castigo | 2 de julio de 2023

Militares

El ministerio de la Defensa ordenó la constitución de una junta especial de investigación para determinar las causas del siniestro del cazabombardero Sukhoi 30, siglas 3363, reportado el domingo al norte de la Cortada de Maturín. La aeronave era piloteada por el coronel de la Aviación Paulino José Millán Sabino, con el teniente coronel Sergio Luis Hernández Gómez de copiloto. Poco después de las 10 am, los oficiales reportaron que habían recibido alarma de un sensor por fuego en un ala, y anunciaron que iban a eyectarse. Millán no sobrevivió a la maniobra. Esta información hace recordar que, desde 2019, la Fuerza Armada intentaba afrontar un problema con el mantenimiento de estas aeronaves. El asunto llegó a los tribunales de EEUU, cuando se determinó que un empresario nacionalizado estadounidense, Jorge Luis Nobrega Rodríguez, se había comprometido a realizar esta tarea, y recibía pagos en sus cuentas de la banca norteamericana por este servicio, procedentes de Pdvsa. En concreto, la empresa venezolana de Nobrega (Achabal Servicios) fue contratada para revestir los tanques de combustible de toda la flota de cazas con un “supresor de explosiones de espuma de poliuretano”. Según la denuncia del agente especial de Seguridad Interior de EEUU Michael Simpson, sin este servicio el gobierno venezolano se vería obligado a enviar a Rusia las alas de cada Su30, para renovar periódicamente el revestimiento interno de los tanques. De lo contrario, indicó el funcionario, los jets “se incendiarían o estallarían”. Este juicio finalizó en 2022 cuando Nobrega se declaró culpable, y le confiscaron bienes y dinero por más de 3,2 millones de dólares.

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