Saab: de informante a fugitivo

-Durante el tiempo en que cooperó con las autoridades estadounidenses, Alex Saab realizó operaciones por más de 12,5 millones de dólares, vigiladas por la DEA

Crímenes sin castigo | 20 de febrero de 2022

Cuello blanco, Drogas

Profundo impacto ha ocasionado la revelación sobre el rol de Alex Naín Saab como informante de las agencias de investigación estadounidenses. Ya se tenían datos sobre contactos entre el empresario barranquillero y representantes de los cuerpos que lo investigaban por lavado de dinero. Pero, según la propia versión aportada por los abogados, este acercamiento tenía el propósito de tramitar una visa. Era una verdad a medias. Este nuevo avance en el conocimiento público sobre el caso se logra cuando el juez de la causa Robert Scola desclasificó un documento entregado a la corte del Distrito Sur de Florida por el fiscal Kurt Lunkenheimer y el abogado del Departamento de Justicia Alexander Kramer, en respuesta a la apelación de los defensores de Saab, con respecto a la decisión de declararlo “fugitivo”, mientras él intentaba eludir la extradición desde Cabo Verde. De acuerdo con los remitentes, Saab cooperó con agentes de la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) durante un año. De hecho, era un “informante confidencial”, y en función de eso había firmado un acuerdo con la referida policía, el 27 de junio de 2018. Durante las múltiples entrevistas con agentes norteamericanos, indica el documento, “Saab Morán admitió (…) que él había pagado sobornos a funcionarios del gobierno venezolano en conexión con los contratos que había ganado para suministrar comida a Venezuela”. Las transacciones corrían a través de cuentas vigiladas a partir del momento en que Saab se transformó en cooperante. El informe de los funcionarios estadounidenses precisa los detalles sobre cuatro transferencias, que sumaron 12,63 millones de dólares. El 4 de abril de 2019, Saab se reunió con agentes de la DEA y representantes del Departamento de Justicia en Europa. En ese encuentro le indicaron que debía entregarse el 30 de mayo. Pero el empresario colombiano no cumplió, y a los pocos días el contrato fue “desactivado”. A partir de entonces, indicaron, no hubo más comunicación con él. De hecho, Saab fue incorporado en la lista OFAC el 25 de julio. A la luz de este relato, la decisión del Departamento del Tesoro era una represalia por el cambio de actitud del colombiano. En aquella época, además, el gobierno estadounidense tenía dudas sobre quién era verdaderamente el apoderado judicial de Saab. Ante ellos accionaban en su nombre abogados del escritorio Baker Hoestetler. Pero ellos nunca invocaron el argumento de que Saab había cooperado con la DEA, ni siquiera en comunicaciones secretas. Esto suscitó sospechas en las autoridades que investigaban el caso. Estaba planteada la posibilidad de que los litigantes representaran a una “tercera parte”, y que por ende “información sensitiva (…) podría ser provista al gobierno venezolano, creando potenciales riesgos de daño a Saab Morán y/o su familia”.

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