Tres preguntas a… Gonzalo Himiob, director del Foro Penal

Crímenes sin castigo | 10 de enero de 2021

Conflictos

1.- En 2019 y 2020 diversas instancias de la Organización de Naciones Unidas emitieron informes sobre la grave situación de DDHH en Venezuela ¿Tuvieron algún impacto en el régimen?

Esto se puede responder dependiendo del nivel en que nos ubiquemos. En lo internacional, estos pronunciamientos de diferentes instancias de la ONU, la OEA y otros organismos han tenido impacto significativo. Hicieron que muchas naciones que eran amistosas o veían con simpatía al gobierno venezolano hoy sean más prudentes en sus relaciones con el poder en Venezuela, dado que los señalamientos sobre la comisión de crímenes de lesa humanidad, o la política de violación sistemática de DDHH deslegitiman al régimen de Nicolás Maduro. Esto se ve en la actitud del poder en Venezuela hacia esta situación internacional. Han invertido muchos recursos para defenderse de estas acusaciones. Sabemos de varios viajes que diferentes representantes del Estado han hecho a La Haya para entrevistarse con la fiscal ante la Corte Penal Internacional, de las gestiones que existen para brindar una versión distinta sobre las violaciones a DDHH en Venezuela y que esta campaña internacional obedece a una necesidad del poder en Venezuela en cuanto a manejar sus relaciones de forma tal que no se deslegitime. En lo nacional, sin embargo, el impacto de estas decisiones ha sido muy bajo. No ha cesado la represión por motivos políticos, las violaciones graves a DDHH. Hubo un momento, antes del evento electoral de diciembre, en el que parecían estar más dispuestos a ceder, a hacer concesiones en cuanto a las encarcelaciones arbitrarias por motivos políticos. Sin embargo, una vez logrado el objetivo electoral del 6D eso pasó al olvido, y algunas excarcelaciones que se proyectaban para diciembre no se dieron. Esto quiere decir que en el nivel interno los pronunciamientos de los organismos internacionales tienen muy poco peso.

2.-Según las cifras del Foro Penal, 2020 finalizó con unos 350 presos por razones de conciencia en el país ¿Eso refleja alguna tendencia en cuanto a la represión política?

Los números con los que cerramos 2020, y que continúan en los primeros días de 2021 confirman lo contestado anteriormente. El promedio de personas detenidas arbitrariamente en el país no varió significativamente en todo 2020. La represión política va a continuar. No pareciera haber intención de modificarla en 2021. Por el contrario, el discurso oficial ha sido poco conciliador, criminalizante, muy peligroso y ganado a la idea de continuar la persecución a personas por el simple hecho de estar opuestas al poder y de pensar distinto. Los métodos de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes que se vieron en 2020 pareciera ser que van a continuar. Nada indica lo contrario, y esto es muy preocupante. Sumado a esto hay una clara arremetida contra los defensores de DDHH y las ONGs. Desde el poder buscan limitarlas en sus actividades. Esto indica que al poder no le interesa que haya un monitoreo sobre cómo se comporta en materia de DDHH.

3.-¿Qué podemos esperar en 2021 en cuanto a DDHH, una vez que el Poder Legislativo ha pasado nuevamente al control del PSUV?

Es difícil predecirlo. Pero si nos guiamos por las expresiones, frases y discurso del poder desde que el PSUV retomó la AN, pareciera que el panorama no es auspicioso. Lejos de intentar una estrategia de conciliación y reconocimiento de los errores, pareciera consolidarse una de criminalización y represión por motivos políticos, y disminución o neutralización de cualquier factor que incomode al poder. Esto pareciera ser lo que se avecina.

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