Un manual de los nuevos autoritarismos civiles

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Osvaldo Hurtado Larrea encontró las pistas para elaborar una taxonomía de los nuevos autoritarismos. Contrario a lo que sucedió hasta finales del siglo XX, estas formas de gobierno no son el resultado directo de cuartelazos como el de Augusto Pinochet. Hugo Chávez protagonizó uno, es cierto, pero lo que permitió su ascenso al poder político venezolano fue un evento electoral, cuando él ya formalmente había colgado el uniforme. A partir de allí, explica el autor de Dictaduras del siglo XXI (Bogotá, 2021), las cabezas de estos gobiernos han seguido una misma receta: manipular las necesidades y frustraciones populares, pero no para establecer reivindicaciones que permitieran superar las condiciones que ocasionaron este descontento, sino para perpetuarse en el poder y abolir el estado de derecho. Paradójicamente, esto iba lográndose en forma progresiva, con el aval de votaciones de sospechosa legitimidad. Hurtado Larrea fue vicepresidente y presidente de Ecuador. Pero este libro de proyección internacional lo escribió en su faceta de académico y presidente de la Corporación de Estudios para el Desarrollo. Entre los factores comunes de los autócratas del nuevo milenio está la permanente invocación a un “enemigo” externo, generalmente Estados Unidos, como el responsable de los problemas más ínfimos y cotidianos; el uso instrumental de la corrupción para la preservación de las necesarias lealtades; una gestión populista y dispendiosa, financiada por los altos precios internacionales de las materias primas; la complicidad de los militares y, por último, un permanente propósito de endiosamiento personal, que llega a transformarse en bustos, estatuas y una historiografía laudatoria. Esta obra analiza en detalle los procesos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, aunque pudo incluir a otros más lejanos de la zona latinoamericana. A pesar de las particularidades, en todos aparece una suerte de hilo conductor, que ha servido como germen para teorías conspirativas de largo alcance. Hurtado, en cambio, deposita la mayor responsabilidad en los ciudadanos que “con sus votos encumbran a los dictadores”. Un ensayo digno de debate, que puede ser encontrado en formato electrónico.