Una brújula para tiempos de incertidumbre
-Un ingeniero venezolano propone una ampliación del concepto del riesgo
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Según la Real Academia, el riesgo es la contingencia o proximidad de un daño. Como tal, es posible evitarlo, eludirlo y, en el peor de los casos, mitigar su impacto. En el ámbito de la seguridad, el riesgo es un concepto de tal importancia, y a la vez tan amplio, que ha sido necesario ponerle apellidos. Se habla entonces de riesgo de crédito, de interés, riesgo-país, específico, operativo y siga contando. Alberto Ray es quizá una de las personas que más ha pensado y escrito sobre este tema en Venezuela. Pero no como algo reservado a las oficinas de cálculos de las aseguradoras. Ray es ingeniero electrónico con certificación en análisis estratégico de riesgos y toma de decisiones. Su carrera se ha orientado a la aplicación de estos conceptos en el ámbito de la seguridad ciudadana y la protección de empresas. Esta combinación lo llevó incluso a presidir la comisión de Seguridad de Fedecámaras. Desde los tiempos previos a la pandemia, Ray compartía con sus colegas y allegados un concepto que venía rondando sus pensamientos, convencido de que ciertos riesgos adquieren una cualidad especial en una época como la nuestra, signada por la hiperconectividad, los excesos de información y la posverdad. Son riesgos complejos, pues muestran una capacidad de adaptación que sobrepasan nuestro entendimiento. Su esencia está en el cambio. Por ende, son difíciles de medir. Y son los que han dado título a su última obra, Riesgos líquidos (Tampa, 2022). En Ray, como alguna vez fue con Toffler, hay cierta angustia pues las transformaciones están llegando a nosotros a un ritmo tan acelerado que no es posible digerirlas con propiedad, salvo para unos pocos iniciados que disponen de las tecnologías y el entendimiento para lograrlo. Desde los puntos de vista social y político, que son los de mayor interés para el autor, esta característica de nuestro tiempo necesariamente genera inequidades y transiciones hacia nuevos estados, para los que el común de la gente tiene poca o nula preparación. De un lado, una complejidad acelerada, y del otro “la incapacidad que tiene la sociedad para absorber y procesar el ritmo del cambio”. Son las monedas virtuales basadas en el esquema de blockchain, manejadas por una élite mundial. Y también el Covid-19. En este caso, el riesgo líquido no estaba en el virus como tal. En fin de cuentas, otras épocas fueron marcadas por pestes tan o más graves que esta. Pero la pandemia impactó prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas, en formas que quizá no hemos descubierto aún. Esa ausencia de conocimiento, paradójicamente, se da en una era en la que la información pareciera abundar, al punto que algunos llegaron a sugerir la existencia de una “infodemia”, que se extendía al mismo ritmo de la enfermedad. El concepto de riesgo líquido es inquietante. Ray ve su libro tan solo como el punto de inicio de un debate. En Venezuela, la obra puede ser encontrada en formato electrónico.