La violencia en la Cota 905 encuentra explicaciones
-Una investigación de Cecodap y la agencia PANA arroja luces sobre muchas incógnitas surgidas durante el reinado de Carlos Revette en esa parte de la capital
Criminalidad
Una investigación arroja una posible explicación para el hallazgo de numerosos cadáveres, en la boca del túnel La Planicie. Las notas de medios independientes y registros policiales indican que allí fueron abandonados por lo menos nueve cuerpos, en distintos hechos reportados a partir de 2019. En todos los casos, eran ultimados a tiros en las alturas de la Cota 905 y arrojados por un tubo utilizado como bajante para la basura, de manera que fuesen levantados por la policía judicial sin necesidad de entrar a las calles del barrio. De acuerdo con una averiguación de Cecodap y la agencia PANA, estas personas morían como resultado de una “justicia expeditiva” que estuvo en auge durante el reinado de Carlos Luis Revette en ese lugar. El grupo de investigadores hizo un trabajo de campo entre los meses de septiembre de 2021 y febrero de este año en la Cota 905 así como también en Cementerio y La Vega, con el propósito de levantar información sobre el “reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por el crimen organizado”. A través de entrevistas con fuentes vivas, confirmaron que alias Koki manejaba normas de estricto cumplimiento, que sancionaban de forma inmediata los delitos contra la propiedad y otras conductas que pudieran ser interpretadas como deslealtad hacia el liderazgo de la organización criminal. En algunos casos, los individuos eran heridos con disparos en las extremidades, y en otros les aplicaban la pena de muerte. Otro de los numerosos hallazgos de este trabajo se refiere a la implantación de un sistema de incentivos que pasaba por pagos en dólares para los menores de edad que se incorporaran a la estructura criminal. Ese era un “primer anzuelo”, explicó el coordinador de la investigación, Edgar López. Las cantidades variaban según la función, que generalmente era de “mandadero” (mensajero) o “garitero” (vigilante). “Otro incentivo es la protección y el estatus social, valores que a un niño o adolescente le importa mucho”, explicó.