Los últimos días de Baduel

-Los encargados de la reclusión menospreciaron las dolencias del ex ministro de la Defensa, y cuando reaccionaron ya era demasiado tarde

Crímenes sin castigo | 17 de octubre de 2021

Militares

Raúl Isaías Baduel murió el martes 12 de octubre, aproximadamente a las 6 pm.
Cuando era claro que iba a fallecer, los efectivos de la Dirección de Investigaciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), asignados a la custodia del retén del Helicoide, ordenaron que los 160 detenidos en esa instalación regresaran a sus respectivas celdas. Desde el encierro, los detenidos y funcionarios solo escuchaban los lamentos de Josnars Adolfo Baduel, el hijo del general en jefe. “Baduelito gritó por horas”, recordó un testigo, cuyo nombre es preservado por razones de seguridad. El ex ministro de la Defensa fue trasladado desde las celdas del Sebin Plaza Venezuela hasta el Helicoide el 29 de septiembre, como parte de un plan para el desalojo de ciertos centros de reclusión para presos de conciencia. Allí lo recluyeron en una misma celda con su hijo y el capitán de la Guardia Nacional Juan Carlos Caguaripano. Pero estos movimientos recargaron nuevamente a la central de la policía política. La semana pasada, sacaron de allí a quince reclusos, que dieron positivo a una prueba de hisopado para la detección de Covid-19. La mayoría fue llevada a un ambulatorio que está en el propio Helicoide. Con Baduel, sin embargo, no hicieron eso. Al oficial (degradado por Maduro) le fue inoculada la primera dosis de la vacuna Sinopharm apenas llegó a su última celda. Cuando posteriormente manifestó ciertas dolencias, le hicieron un examen que según testigos dio positivo para Covid. Pero no lo movieron pues creían que se trataba de una reacción adversa a la primera inyección. En el Sebin, así como en otros centros donde recluyen a quienes adversan al régimen, hay una reticencia sistemática para dar oportuna atención médica a los internos. Incluso, cuando se han planteado reales emergencias, como la de Baduel, estos funcionarios se han negado a hacer los debidos traslados, con el argumento de que carecen de orden judicial. Esto fue documentado en informes en poder de la Organización de Estados Americanos y la comisión para determinación de hechos de la ONU. Con Baduel no hubo excepción, y cuando reaccionaron ya era demasiado tarde. Los primeros en llegar fueron unos paramédicos, que solo sirvieron para constatar el deceso. Luego, comisiones de la policía judicial y del Ministerio Público iniciaron un procedimiento judicial que ha suscitado fundadas sospechas en la familia y los apoderados legales del oficial. Para el momento en que finalizaba el levantamiento del cadáver, el fiscal designado por la extinta Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, anunciaba en sus redes que el ex ministro tuvo un paro cardiorespiratorio, con lo que ya trazaba una narrativa sobre las condiciones en que se produjo este deceso.

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