¿Una nueva «megabanda»?

Crímenes sin castigo | 18 de agosto de 2013

Criminalidad

Twitter @javiermayorca
Un nueva «megabanda» se formó en el país. La liderada por Oswaldo Martínez Ojeda, que operó en la última década del siglo pasado y la primera de éste, se dedicaba esencialmente al robo de transportes de valores. Esta, en cambio, nació como una organización de homicidas y extorsionadores que opera en la zona limítrofe entre los estados Guárico y Aragua. Los registros policiales disponibles indican que su cabecilla es José Antonio Tovar Colina, apodado Picure, un sujeto nacido en El Sombrero de 24 años de edad y con registros por homicidio y porte ilícito de arma de fuego.
La banda también es conocida como Concha de Mango por el lugar donde viven y se ocultan sus principales miembros. Posee un núcleo «duro» de diez hombres, que supuestamente se conocieron en la Penitenciaría General de Venezuela y otras cárceles del centro del país. Pero hay además otros veinte asociados, sujetos que se incorporan a la estructura para la realización de trabajados específicos.
El grupo ha sorprendido por su capacidad de fuego. Posee fusiles AR-15, FAL y M-16, escopetas, lanzagranadas, ametralladoras y pistolas con cacerinas de 32 cartuchos («cocosete»). Esto hace presumir que han actuado como escoltas de cargamentos de drogas en zonas del centro del país manejados por el cartel de la Guajira o las FARC.

El núcleo del grupo armado

El 6 de julio fue el «estreno» público de la organización. A las 11 pm comisiones de Poliaragua y CICPC acudieron a un local de Barbacoas ante las denuncias sobre un grupo que celebraba en una licorería exhibiendo sus armas de alto poder. Se inició un enfrentamiento de más de media hora en el que los agentes de la policía regional tuvieron que huir y abandonar una patrulla pues se les acabaron las municiones. Los de la policía judicial tuvieron que pedir refuerzos en Villa de Cura. Para ese momento, los antisociales se habían apoderado de una ambulancia con la finalidad de llevar a tres de sus compinches heridos hasta el hospital de San Juan de los Morros, donde finalmente los detuvieron. Otros huyeron en la patrulla policial, y la quemaron. En el proceso, dos miembros atacaron a tiros la estación de policía regional en Barbacoas.
A partir de entonces, la Brigada de Acciones Especiales de CICPC inició una cacería. Pero contrario a la banda de Martínez Ojeda, los de Picure se mueven con facilidad por las selvas de Aragua y Guárico. En un enfrentamiento el 13 de julio hirieron al oficial de la policía de esa región Yosward Efrén Abaruyo, de 25 años. La semana siguiente, mataron en una emboscada al inspector de CICPC Reny Jesús Mejías, de 35 años. La lista de funcionarios víctimas de esta organización se engrosa con el comisario de policía judicial José Luis Ramos, de 41 años de edad, herido el 6 de abril en El Sombrero.
Luego, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, mayor general Miguel Rodríguez, ordenó la conformación de un «bloque de búsqueda» para atender el caso. Este grupo, sin duda alguna, dará qué hablar en las próximas semanas. Una de las preguntas clave es quién facilitó a sus miembros las armas y municiones que con tanto orgullo exhiben cada vez que posan ante una cámara. Allí hay de todo.

Breves

*El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, mayor general Miguel Rodríguez Torres, removió de su cargo a la secretaria general del Consejo General de Policía, Soraya El Achkar, quien ahora se dedicará exclusivamente a la rectoría de la UNES. Con esta decisión el ala «civilista» en materia de seguridad ciudadana dentro del Gobierno perdió a una de sus más notables representantes.

*La semana pasada se notificó sobre la intervención de la policía del municipio Baralt, en Zulia, consecuencia de reiteradas violaciones a los derechos humanos, según reza la resolución del MRI. Este hecho llama la atención. Se trata de la primera noticia al respecto en cuanto a esa policía. En todo caso, ya hay una agenda de medidas similares para el resto del país. La escogencia de este autodenominado «municipio socialista» fue por razones netamente tácticas. El viceministro del Sistema Integrado de Policía, general de división retirado (GN) Marcos Rojas, me indicó que lo hicieron así para evitar comentarios sobre algún sesgo político en las intervenciones. Ya vendrán más cuerpos de seguridad en localidades que como Amazonas son gobernadas por opositores. Una está en Anzoátegui.

*Agentes de la División contra la Delincuencia Organizada de CICPC apresaron en el antiguo Anauco Hilton, hoy convertido a Venetur, a una mujer de 35 años de edad que se hacía pasar por viceministra para las Comunidades Indígenas, Aida Gutiérrez. La mujer fue detectada pues acumuló una deuda de medio millón de bolívares con el hotel, luego de vivir a sus anchas en una suite de esa instalación durante dos meses, junto a una comitiva de 18 personas. En este grupo, el «asesor legal» del ficticio despacho era Gerson Carpio, hombre conocido para la policía judicial pues fue uno de los 27 detenidos por la matanza de estudiantes en el barrio Kennedy de Macarao, en junio de 2005. Entonces, estaba en la nómina de la Dirección de Inteligencia Militar. Ocho años después, otra vez en la calle.

*Mal momento pasó el ganadero zuliano Neuro Chacín, secuestrado en Perijá. En primera instancia, el hombre aprovechó un descuido de sus captores para huir corriendo. Luego de horas de marcha sin parar fue auxiliado por una comunidad yukpa. Mientras le daban comida, los aparentes filántropos notificaron a los plagiarios. Chacín quedó de nuevo en cautiverio. Para su suerte, este lapso permitió a un comando unificado hacer presión sobre sus captores para que lo soltaran el 26 de julio.

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