La FAN cambiará de uniforme
-El proyecto de reglamentación del uniforme militar formaliza la entrega al Presidente del grado de comandante en jefe y acentúa la ideologización dentro de las filas castrenses
En profundidad
@javiermayorca
Cuentan que en febrero de 1999 el entonces presidente electo Hugo Chávez quería recibir la banda de la Primera Magistratura enfundado en su uniforme de teniente coronel del Ejército.
La jugada del oficial fue atajada a tiempo por quien era jefe del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas (Cufan), Noel Martínez Ochoa. Este general de división se trasladó a La Viñeta, donde Chávez despachó durante la transición, y logró convencerlo de que utilizar la vestimenta militar no era lo más apropiado para la toma del juramento presidencial ante el Congreso de la República.
Pero Chávez no daría su brazo a torcer. A partir de ese momento, insistió permanentemente para que la jerarquía castrense le abriera la posibilidad de utilizar un uniforme militar. Como le daban largas al asunto, en 2007 aprovechó las facultades que le habían conferido a través de una Habilitante, y reformó mediante un decreto la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional. Desde entonces, los analistas coincidieron en que el jefe del Estado “se ascendió” al grado de Comandante en Jefe. Y en los actos en cuarteles se dio el lujo de vestir un uniforme creado a la medida de sus deseos.
El uso del uniforme es un aspecto relevante dentro del mundo castrense. En el Reglamento de Servicio en Guarnición se fijan las normas por las cuales un profesional de armas debe y puede vestirlo. En general, cuando pasan a retiro solo pueden portarlo en fechas de significación, como por ejemplo el Día del Soldado.
Excepto el Presidente.
Maduro pudo dar vuelta atrás a este afán de su predecesor. Pero no lo hizo. Por el contrario, a partir de febrero de 2020 comenzó a portar el mismo traje de Comandante en Jefe que utilizó Chávez.
Todo esto sucedía sin que existiera una norma clara. Hasta que, en julio, el ministro de la Defensa Vladimir Padrino remitió a las unidades castrenses un proyecto de reglamentación sobre los uniformes militares.
“El uso de uniformes y emblemas (…) debe considerarse un privilegio y motivo de prestigio personal para todos los integrantes de la FANB, quienes deberán portarlo con la corrección, decoro y marcialidad que corresponde”, dice uno de los artículos del documento, de más de 430 páginas.
Uno de los capítulos se refiere, precisamente, a la vestimenta del Comandante en jefe. Según el general de brigada del Ejército (retirado) Antonio Rivero, esto va más allá que lo de un simple atuendo.
“Se oficializa que el presidente de la República es militar activo. No puede ser. Se le impone un grado militar de actividad al Presidente. Eso lo habían establecido ya, pero lo resalto pues ahora se reglamenta. Algo distorsionado del ejercicio democrático, de estar sujetos los militares al mando civil”, advirtió.
De acuerdo con la propuesta de reglamentación, el comandante en jefe llevará toda una parafernalia, en la que figura un bastón de mando, coronado con una estrella roja. Y los oficiales y tropas asignados a la Comandancia en Jefe también deberán utilizar un ropaje especial.
Resulta complicado imaginar al actual mandatario utilizando este uniforme en un acto militar, más aún cuando, en las últimas fechas patrias, ha optado por hablar mediante teleconferencia, y representarse en el sitio del evento a través de un muñeco inflable, inspirado en los héroes de historietas.
Más allá de los aspectos anecdóticos, la norma planteada por Padrino avanza en detalles que sugieren una mayor ideologización de la FANB. Esto se evidencia con la incorporación del color rojo en gorros y segmentos de uniformes de todos los componentes castrenses.
“El uso del rojo se institucionalizó en la FANB, en razón de lo que implica ese color para un partido político, el partido del régimen. Ese color no es propio en la actualidad de la FANB sino como algo decorativo, con algunos matices”, afirmó Rivero.
Este sea quizá uno de los “grandes cambios” anunciados por Padrino durante una intervención pública, el miércoles 10 de agosto. Pero esas transformaciones tendrán elevados costos para el país.
Según el general de brigada retirado del Ejército Rodolfo Camacho, el reglamento divulgado por el titular de Defensa implica erogaciones de tal magnitud que podría resultar inaplicable en el futuro inmediato.
“Pensar que cumplirán con esas dotaciones, no lo creo. Será muy difícil por los costos. Ese cambio debe estar costando más de 40 millones de dólares, sin mucho esfuerzo”, calculó este oficial, quien fue director de Doctrina del Ceofanb.
Advirtió que el personal subalterno de la institución armada podría correr con buena parte de los costos que implica la adquisición de nuevas vestimentas con sus respectivas insignias y demás accesorios. Indicó que cada uniforme tiene un costo que va de 30 a 40 dólares.
“Van a recargar a subalternos las compras de los accesorios, las botas, guantes, rodilleras, coderas, eso seguro lo recargarán a subalternos. Es bien penoso”, dijo.
En estos días, está en desarrollo un proceso de consulta en torno a este documento. Pero, tal y como han sucedido las cosas en el mundo militar, lo más probable es que sea implantado con apenas algunos cambios cosméticos.